La vocación es una cierta manera de vivir la vida, comprenderla y ordenarla como un servicio. Pero la llamada- origen de la vocación- no emana de la persona. Esta sólo puede recibirla y aceptarla libremente.
La vocación es ser llamado, ser llamado por y ser llamado para. Esto requiere una escucha, una respuesta.
Para los cristianos, la llamada viene de Dios, de la Palabra de Cristo que invita a seguirle y a ser testigos en el mundo y en la historia. Todo cristiano- por su bautismo- está llamado a hacer de su vida una respuesta y un servicio.